Vivir una esencia con
fecha de caducidad. La insolvencia de una vida sin fondos, destino de
los malditos videntes. Un poco de vino acompaña el camino de la
confianza en el recelo. Juega el doble cada vez, si tienes huevos,
acabaras ganando. La mentira se desmenuza con los dedos como el
pescado, y ves con cuidado con las espinas. Cegado por una existencia
manufacturada a medida estoy empezando a escarbar un túnel que me
lleve lejos de mi mismo. Me deleito viendo la colección de piernas
que me pusieron la trabanqueta, colgadas de mi tabla de aprendizaje.
Esculpo mi epitafio con la paciencia del que se sabe vencido de
antemano, si tú no sabes que eres uno más, es que eres un iluso. Lo
que venga después, después vendrá. Ciénagas de pasatiempos
haciéndome perder el poco tiempo del que dispongo. No me vendas una
tablet me vale la vida.
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La Muerte: mi ironía excede cualquier otra Redon - (Odilon Redon) |
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