Lamentos sin rumbo surcan
la indigencia de mi pensamiento esta noche. Me asomo a la ventana, en
Barcelona no hay estrellas. Sueños mal repartidos en la última mano
y ningún as en la manga. Inquietudes acechando a cada esquina
mientras el tiempo rasura mi vida. El olor a obras inacabadas asola
mi estudio mientra un abismo imaginario me llama por mi nombre de
guerra. Seguir el ruido de unos pasos que se acercan, para descubrir
que aún sigues aquí, al menos esta noche, en que sé que estoy
solo. Me pinto y me arreglo, y salgo a llenarme de noche. Tan sólo
quiero olvidar que las reglas se rompieron, que me faltas tú, que
siempre me has faltado. Al fin decido alzar el vuelo, mientras una
fina lluvia y fría limpia mi pensamiento.
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