Y con un suave estallido
llegó el silencio argumental. Buscó desesperado por los rincones
una historia que contar sin hallar más que trampas infectadas de
soledad. Se sentó sobre su sombra y vio como las circunstancias se
iban amontonando a su alrededor como cortafuegos que filtrara como un
tamiz invertido la felicidad. Dio la vuelta al mundo, frunció el
ceño, miró el globo terráqueo y sonrió tímidamente. Se sentía
demasiado complejo como para mediar por él mismo ante el mundo en
que se reflejaba. El silencio que se adapta a su pensamiento le da
forma a su pretexto.
- Una mano alzada.
Pregunta.
- ¿Cuando se creó este
texto?
- Lo estas creando ahora.
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