Llamas consumiendo mi
conciencia elevando mi pensamiento como pedazos de papel escritos
hace demasiado tiempo destinados al olvido. Inquietudes atrapadas en
telarañas tejidas por el tedio y la desesperanza empiezan a latir de
nuevo impulsadas por la lluvia de lo sutilmente inesperado. En la
oscuridad de mi albedrío hallé la magnitud de mi perdón. Como un
árbol de hojas caducas mi espíritu está renaciendo después de
haber perdido todas sus hojas. Y me pregunto cuánto tiempo negué mi
propia existencia? (Mientras retroalimento mis ganas de vivir). Tiro
de la madeja del espejo en busca del reflejo que yo mismo oculté con
un manto de desinterés hacia mi mismo. Tanto sentimiento nuevo me
abruma, sólo tengo la sinceridad de unas palabras que jamás creí
escribir.
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