El pasado como una
respiración entrecortada en el cogote te empuja con fuerza hacia el
vértice del tiempo. Señales de humo desde una isla quemada. Morir
como un hombre bueno. ¡Controla tu cerebro o no te dejaremos tener!
Luz artificial difuminándose en la atmósfera de mi alcoba. Sólo
existe una forma de morir, lo otro son las circunstancias. Pensar en
alto en la parada del autobús. La intransigencia de mi desnudez es
una breve treta para olvidarme de mi mismo. El otro día me tuve que
ir a buscar, porque me había dejado olvidado, y andaba algo perdido.
Pero todo cobra un matiz alegre, cuando tienes fe en que nadie
saldrá vivo de esta. Si muero yo, os venís todos conmigo. ¿Jugamos
a intercambiar sueños? Tristeza apasionante que me empuja a
escribir, ¿pura poesía o simple verborrea ocasional?
No hay comentarios:
Publicar un comentario