martes, 26 de marzo de 2013

jersey de cuello alto


Olvidar el sigilo que marcaba la distancia que nos separaba, como un primer amanecer después de toda una vida de ceguera. Miro mis manos vacías mientras ahogo la desolación de un grito que muere más allá de tu mirada, cerca de mis sueños. Inventando anécdotas que no llevan a ninguna parte, que me acercan a los deseos perdidos. Desnudo a la intemperie, en mitad de un desierto de multitud en soledad, mientras la lluvia desdibuja un corazón en la arena de mis recuerdos. Tanto tiempo buscando una salida inexistente me ha dejado exhausto, así que me apoyo en el silencio para descansar mientras las dimensiones se ciernen sobre mí. Nadie me pidió permiso para venir a esta sala de espera, pero nadie me obliga a quedarme. Así que propongo tablas con el destino, mientras unas diminutas hojas se balancean curiosas desde la cúspide para llenar el suelo de un manto de falsedad. Rebuscando en los rincones el pretérito perfecto del verbo sufrir, he encontrado una terrible lástima hacia mi mismo. De pequeño me hacían hacer gimnasia con jersey de cuello alto, y los  demás niños se reían,  aún se  ríen.


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