viernes, 1 de febrero de 2013

construir


La silueta de un temblor te atrapa en mitad de la noche en una habitación desconocida. No logras recordar como has llegado allí. Susurros cruzan la estancia como sombras en la oscuridad. Sientes la sensación de la caída eterna del ahorcado. Una tristeza más profunda que tu alma recorre tu espinazo. Un extraño sabor a ceniza atraganta las palabras que nunca llegas a pronunciar. Recorres la estancia palpando las paredes, parecen acolchadas. Y le pides a un dios en el que nunca has creído que todo sea un sueño. Vuelves a la cama, cierras los ojos y escrutas tu interior hasta caer en un sopor. Al despertar descubres que tus plegarias fueron escuchadas, ¿por dios?, ¿por ti?, ¿o por ambos? Abres la puerta, y prosigues construyendo la realidad.

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