La
magia de las seis de la mañana, y un cerebro perturbado. Caminos por recorrer y
dolor que padecer, conciencia que asumir, conceptos que asimilar. Mientras la
historia se desploma en una espiral de dimensiones. Es momento para escribir. Para
susurrarte que se acaba el mundo. El silencio eterno que deja tras de si el
sonido del portazo que cierra la puerta que nunca más será abierta. Intentar
hacerlo lo mejor posible. Un poco de música, automatizo el cambio de canciones,
y vuelvo al timón, temblando. El frío congela mis alas, mientras busco un
escondite. Crecí en un zulo. Y tuvieron que forzar mi nacimiento, y nací con síndrome
de Estocolmo. Estoy en busca y captura por los hombres de gris. Pero no los
temo después de haber sido su esclavo toda mi vida. Los conozco demasiado. Los
hombres de Gris, los hombres que nos roban el tiempo como en Momo. Todo Flota,
aquí todos flotamos, por qué no vienes con nosotros a flotar? (Yo también tuve mi época de Stephen King, hay
obras que valen la pena, mi preferida "Cementerio de animales". )
Trenzados infinitos fruto de algoritmos que se nos fueron de las manos. Así
empezó y terminó todo.
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