Y cruzó el portal de nunca jamás
con los ojos cerrados. El mundo fue hipotecado por si mismo y el miedo ganó la
partida. El tiempo se hizo inútil, y la vida un engorro del que no éramos
capaces de librarnos. Pero cruzó el portal de nunca jamás y no lo supo. Sueños
cristalinos que compartían su cuerpo, malos consejeros, fieles hasta la muerte.
Nunca supo el precio de su alma. Vinieron tiempos de conflictos, de
incertidumbre, de mediatización, de información y contrainformación, sofocada
con la capacidad de criterio. Y todo acabo siendo polvo, recuerdos, pasado,
cuando el tiempo ganó su pulso. Y ahora sólo queda conciencia. Pero cruzó el
portal de nunca jamás y nunca lo sabrá. Lo que tienes es lo que querías, Ahora
no te quejes. No pretendas engañar a nadie. Ahora tienes la paz que
necesitabas. La lograste, ojala tuviera tus fuerzas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario