Soy
el secreto que esconden en la guardilla, soy el rompecabezas que se desplomó en
el cubo de tus pesadillas. Detén tus pasos, ya has llegado demasiado lejos, el
tiempo hace ya mucho que se olvidó de ti. Dime, ¿qué piensas hacer? Cuando el vaso derrame sus lágrimas sobre tus
huellas y no haya camino de regreso. Sólo te quedará una guardilla, donde morir
en la escasez de paz. Hasta entonces, abrázame, sin sentirme, tan solo
abrázame, es tu turno, luz que se desvanece apagando las últimas páginas de un
libro siempre inacabado. Si lograra decir mi nombre, todo desaparecería, como
apareció. Conozco los caminos que no recorreré, y desconozco los que seguiré.
Envuelto en la mortaja de la duda. Magia, sin truco, imaginación sin
devolución. Tangentes que chocan en un punto fuera de la órbita de la
cotidianidad. Detén tus pasos, ya has llegado demasiado lejos.
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