sábado, 29 de septiembre de 2012

El Río



Un puñado de intenciones amarradas con cuerda a mis pies. Observo el río fluir desde lo alto de mi miedo, esperando el momento de saltar. Imagino mis emociones hundirse en la corriente de la vida y gozar de la falta de este aire contaminado que va erosionando con su caricia lánguida la fe en la existencia. Los movimientos se entristecen, pero el momento se acerca, siempre se acerca. Latido de culpa que detiene el reloj para castigar mi instante. La incertidumbre maniobra su maquinaria con impotente exactitud. Vida trucada por la que seguir apostando. El río… Miro hacia arriba y comprendo que ya he saltado. Volver a empezar.


No hay comentarios:

Publicar un comentario