sábado, 24 de noviembre de 2012

los buenos

El momento se acercaba doblando la esquina dos manzanas más abajo cuando ya lo daban por muerto. Debido a la fragilidad de la extraña estructura de naipes nadie se atrevía a pronunciar ninguna palabra por si se desplomaba. Y los naipes sangraban soledad creando charcos donde todos nos quedábamos pegados. Sólo nos podía salvar el momento y su inocencia. Cruces en un calendario y desorden emocional. El momento estaba a una calle. Y el castillo de naipes acababa en una escalera de color que llevaba más allá de tus sueños. “Nadie” dijo “lo siento”, y el castillo se derrumbó sobre su propia fragilidad cerrando la puerta al momento.

 Los Buenos - Vetusta Morla


Soy el prisma de tu mundo perfecto, y eso me hace reír. Satisfacción al recorrer los mapas con el dedo. Palabras que se pierden en el orden. Titubeo de una gota al filo de la hoja de una rosa azul. Malas costumbres que declarar a hacienda de ese dios no corroborado. Lentitud de movimientos en un afán por ralentizar el momento. Enemigos gritando victoria. ¿Encargué la tarta? De los payasos no hay duda de que no me olvidé (tengo uno a mi izquierda, apestando a whisky, vaciando el relleno de una muñeca). Una noria abandonada cerca del cementerio. Que hable, que hable.



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