jueves, 29 de noviembre de 2012

rechazo


Nunca asumió su propio rechazo, su odio hacia si mismo. Todo hubiese resultado más rápido, menos doloroso y tal vez más higiénico. Pero el camino se convirtió en un empedrado sendero sin salida, cada día más pronunciado, cada día más angosto. Estamos acostumbrados a este tipo de rechazo en los implantes. Los solemos redirigir por la idea de la duda y la locura incluso. Así los mantenemos atados a la Sociedad. Pero tengo un par de esquejes que están creciendo muy bien, uno lo tengo casi de abogado. El otro es mi avatar, un casi cuarentón de poca duración con el que ahora escribo estas líneas. Me gusta trasplantarme rápidamente, no soporto estar mucho tiempo en un mismo avatar.

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