miércoles, 7 de noviembre de 2012

Ven


Recuerdos del silencio del delator, escondido en las sombras de la culpa del testigo que desencadena el delito latente de la eterna noche. Mientras millones de ojos se ciernen ciegos sobre mis pasos en la cuerda que recorre el vacío. Victimas de tráfico derramando el vaso de la locura sobre el salpicadero. Un camino que lleva a la creación de mitos que destruir, toma mi mano. El disolvente que tragué, la cuerda que tensé, las cuchillas que afilé, el último salto. Y permanecer. En insoluble condena, abrigado con el invierno de la necesidad. Un tatuaje fuera de lugar, un residuo que nunca desaparecerá. ¿Verdad o ilusión? Se pregunta el soñador al mirarte a los ojos, muerte puta. Los desenlaces de un libro inacabado. No puedo evitar sonreír cuando se va la luz. Ven.

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