El
tiempo que empleo en desvanecerme pertenece al olvido. Las
condiciones se desmantelan cuando alguien sugiere la posibilidad de
que seamos producto de mi invención. Sonrió y doy otro trago al
vino. Estoy cocinando ketamina en el microondas y el tiempo parece
que ha volado. Sólo faltaría que se me quemase la cena. Dejo el
vino en la mesa, e intento recordar cómo he llegado al lugar dónde
me encuentro. No quiero saber nada de toda esa mierda, de toda la
libertad que nos ha sido arrebatada y que ahora nos ratean. Nunca
supimos descartarnos a tiempo en esta partida perdida de antemano.
Necesito que seas mi mensaje en la botella. Arrastrarse sin prestar
mucha atención a la vida en mitad del segundo acto. Olvidé la
belleza de las palabras cuando comprobé la monstruosidad de los
conceptos.
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