jueves, 5 de julio de 2012

Irrealidades


Perforando el horizonte día a día con las uñas, yo era sólo un eslabón de un engranaje, de una complicada conspiración contra la realidad que nunca agacharía la cabeza. El silencio iba cobrando forma, a medida que la cúpula celeste iba perdiendo su curvatura. El pegamento se estaba agotando y los hombres de gris podían notarlo, teníamos poco tiempo. Y, encima, nos estaba entrando el mono. Nos comunicábamos por móvil, eso cuando no quemábamos el tiempo con algún absurdo juego del android 4.03, hasta parecíamos reales. Mi palacio de cristal se compone de una piltra, un armario donde habitan todo tipo de seres, un pc i7 de 8 gigas, un televisor led de 42” y un home cinema, más un pequeño taller de reparaciones. Y aquí tengo atrapado el cuerpo, el palacio de mi mente es mucho más grande. Suena el cascabel los jugos gástricos se ponen en marcha, puto Pávlov. Te tengo donde quería y aún no te has dado cuenta. Te tengo bien lejos. Nunca nadie se acercara lo suficiente. El hombre invisible lamía tu helado. 




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