Recuerdos indecentes encerrado en el
servicio. Evolucionar a hostias. Robar cada domingo los cepillos de
la iglesia. Traicionar a tu mejor amigo por una puta. Degradación.
Dejarse mecer por los caprichos de la oportunidad. Un collage de
esquelas que nunca se hizo. Intentar expandir un éramos glacial.
Pequeñas zarzas que ardemos en el desierto de la duda. No quiero
engañar a nadie. No tengo nada a perder, ni nada a ganar. ¿Estoy
equilibrado a caso? Las bestias del armario siguen escuchando con
atención. Ellas nunca duermen. Como yo. Nazco cada amanecer envuelto
en un extraño interrogante del cual tardo en desprenderme. Fruto del
azar, me cago en la puta, aún seré fruto del azar. Que picor,
cielos. Mientras todo pierde color.
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