domingo, 29 de julio de 2012

Ansiedad


El mal sabor de boca que me deja tu despedida, el dolor en el corazón que anuncia tu llegada. El pasajero que no fue invitado. Las rosas mueren a mi alrededor mientras la tierra tiembla en soledad. Cómo librarse de la respuesta a mis preguntas? La sutileza con que el sufrimiento posee mi propia persona desvistiéndola y sumiéndola en la necesidad de lo inconcebible. Puedo ver tu interior, me grita, mientras me abofetea con un suave guante de seda. Arrastro mi devenir por la indiferencia de esta indecente inercia que no soy capaz de romper. Gentes sin rostro pisoteando mi castillo de arena, y así, desahuciado, busco morada entre los detalles que recuerdo al despertar de mi último sueño. Pertenece al olvido, esa idea que no se recuerda ni a sí misma. La pesadez de unos pies que quieren volar me recuerdan mi condición de invitado que no pone reglas, si es que las hay. Con la cabeza hundida en el water casi deseo quedarme sin aire. Así que lo expulso rápidamente, cantando una canción de los Monthy Phyton.


1 comentario:

  1. No gosis, no, poder perdre batalles.
    Però tampoc no et cal guanyar-les totes.
    Si tens napalm per sembrar camps del Nord,
    gosa poder perdre guerres de Sud.

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