Toda una vida buscando la
etiqueta del precio y la talla de este jodido mundo. Y pese a no
encontrarla puedo sentir el precinto magnético de seguridad
asfixiando mis movimientos. Fugacidad asesina que oculta su mirada
tras un espejismo. Funambulismo atroz que nos impide volar. Cebos que
picar en este acuario hecho a medida. Es hora de juzgar tus pecados,
hijo, no va más, (cerdo bastardo). Vas a pedir carta? El condenado
se echo a reír. Alguna pregunta? La sala vacía comenzó a aplaudir
con tal énfasis, que me entraron ganas de pegarme un pico o tal vez
ya me lo había pegado. Los amantes del silencio salieron huyendo por
la salida de incendios para caer desde la treceava planta sobre un
niña que jugaba con su nintendo ds. Mira que se lo dije al
arquitecto, hay que poner escaleras tras las puertas... En fin,
suerte que esto es sólo un texto, un pretexto para descargar mis
mejores intenciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario